Desfile de Deiver Luengo con tocados de Laura Márquez en 1001 Bodas. Una mirada al backstage
Hace poco os contábamos la alegría que nos producía estar un año más en uno de los eventos de moda y joyería que más nos llenan: la feria 1001 Bodas. Porque no hay mayor satisfacción que ser testigos de momentos que celebran el amor verdadero y en un evento como este somos partícipes del comienzo de un nuevo capítulo en la vida de las parejas… y ser parte de ese viaje es un honor que no tomamos a la ligera.
Especialmente, este año, Laura quiso volcarse en hacer algo especial, diferente y que fuera al unísono con las nuevas colecciones sostenibles. Por eso, cuando decidió colaborar con el gran diseñador Deiver Luengo, tenía claro que había que seguir apostando por el reciclaje como pieza clave en el compromiso de la joyería con el medio ambiente y demostrar que cualquier material puede convertirse en joya si está en las mejores manos.
Trabajando a contrarreloj, Laura, ideó unos preciosos tocados basándose en las tendencias más actuales, ligadas a las redes sociales y el movimiento DIY, pero dotándoles del glamour y la armonía propios de la joyería de autor. Resaltando la belleza de lo efímero y encontrando nobleza en cualquier material con el que trabaja, Laura realizó a mano cada tocado a partir de materiales reciclados y lo decoró con un patrón único de símiles de Swarovski. El resultado es un conjunto armonioso que hacía que cada vestido resaltara en su originalidad dando, a la vez, cohesión a la colección al completo. Las modelos, vestidas de blanco, como dicta la tradición, anunciaban con el color rojo de sus tocados, una sorpresa que sería la traca final del desfile. Un maravilloso vestido de novia rojo que rompía por completo los estereotipos y enfatizaba el individualismo y la libertad de la mujer, demostrando que el empoderamiento femenino ha llegado, arrasando, a ceremonias tan clásicas como las bodas.
Sin duda fue un momento de gran alegría y belleza en el que Laura quiso volcarse para conseguir un resultado único y personal. Por eso, hoy queremos compartir algunas de las imágenes de cómo se vivió esta experiencia desde el backstage: los nervios de llegar a tiempo a todo, la alegría de ver a las modelos prepararse, la emoción al notar las sonrisas cómplices en los rostros de las parejas que acuden al desfile y descubren nuestras creaciones… no tienen precio.